25/7/14

Entrevista en Infobae TV sobre absurdo proyecto en Argentina


Fuente: Infobae

22/7/14

Entrevista con Gabriel Palumbo

11/7/14

El Greco, copyright, and access to culture*

I am not an art critic. Far from it. Just an amateur who likes to visit museums or galleries that feature the works of artists I enjoy or do not know. As such, while in Madrid, I stopped by the Museo del Prado, where “El Greco & Modern Painting” was being exhibited. It’s very possible that my academic obsessions informed the way I studied the paintings and processed the explanations. And, in this case, I found a direct line of argument between what was being shown and the necessary reformulation of laws that regulate copyright. If with this introduction I have provoked in you, reader, some intuitive sense of where I’m going, I recommend that you continue reading this brief note.

Having mentioned that I’m not an art critic, and in order to avoid any bad description of a rudimentary observer, I’ll take advantage of the description that newspaper El País of Madrid published on the exposition. It reads, “El Greco did not die in Toledo in 1614, despite what books on the History of Art say. Like the ghost of Elvis in the gas stations in Tennessee, the spirit of the Cretan painter could be seen guiding Manet in the rooms of the Prado and in that initial trip to Madrid in 1865; it sat in the beer halls in Munich to spur on the members of the Blue Rider group half a century later; or it appeared in the Long Island studio of Pollock just in time for the foundational moment of action painting.”

In the same article, something else is explained that anyone who sees the exhibit can confirm: “On occasion […] the influence is so palpable that what is lacking one of those ingenious systems that permits passing from one piece to the other drawing back an invisible lace curtain: the astonishing couples formed by The Nobleman with his Hand on his Chest and a portrait of Modigliani by Paul Alexandre (1913); the Gypsy (1915) by Delaunay and the San Sebastián painted by El Greco three hundred years before; or that undisguised version of The Adoration of the Name of Jesus that Max Beckmann titled in 1907 Study for the Resurrection I.”

What the exposition shows and demonstrates – I invite you to watch the video that can be found on the museum’s website – is that a significant number of artists owed their inspiration to the work of the Cretan master, with strikingly similar lines between the work itself and that which was a source of inspiration. It is evident that all of those who were influenced by El Greco created different cultural objects and that therefore, no “copyright” would have corresponded to El Greco in making claims to the artists who share the Museo del Prado exhibit.

The technology at the end of the 19th century and beginning of the 20th century was substantially different than current technology. It is difficult to know what Picasso, Pollock, Chagall or so many others would have done with digital technology. It seems to me that what these masters did with El Greco is what our generations are doing with techniques that we know as “remixes” or “mash ups.” But, while clearly the objects that are produced with these techniques are cultural property distinct from those that form the basis of their creation, current regulations that protect the “property” of the copyright without exceptions – such as the case of the ancient law 11.723 of Argentina – make it so that those who use them can be brought to trial to demand compensation for the “copying” or “reproduction” of the work without authorization.


But there is not only reaction against those who use protected works to create their own, but in addition requests to block sites on the Internet are increasing based on the application of laws that protect copyrights. It is for that reason that upon leaving the Museo del Prado, I was left wondering how many Picassos, Pollocks or Chagalls could be falling by the wayside today. In other words, it would not be good for those who admire them today if these masters had not been able to access the works of El Greco and feel his inspiration. And it is not good that, for present and future generations, we could today be getting close to the creation of cultural goods thanks to the application of laws that merit a fresh look and urgent modification.

 *This article was originally written in Spanish. I thank Sophie Sadinsky, a PILA fellow at CELE, who helped in the translation into English.

8/7/14

A propósito del bloqueo de The Pirate Bay: El Greco, derechos de autor y bienes culturales

No soy un crítico de arte. Lejos de ello. Sólo un aficionado que gusta visitar museos o galerías donde se cuelgan obras de artistas que me gustan o que desconozco. Por ello, hallándome en Madrid, pasé por el Museo del Prado, donde se exhibía la muestra "El Greco & la Pintura Moderna". Muy posiblemente observé las pinturas y atendí a las explicaciones atravesado por mis obsesiones académicas. Y, en este caso, encontré una línea argumental directa entre lo que se mostraba y la necesaria reformulación de las leyes que regulan los derechos de autor. Si con esta introducción generé en usted, lector, alguna intuición sobre donde me dirijo, recomiendo que siga leyendo esta breve nota.

Como anticipé que no soy crítico de arte, y a fin de evitar cualquier mala descripción hecha por un rudimentario observador, me valgo de la descripción que publicó el diario El País de Madrid sobre la exposición, donde se lee que "El Greco no murió en Toledo en 1614, por más que digan los libros de Historia del Arte. Como el fantasma de Elvis en las gasolineras de Tennessee, el espíritu del pintor cretense se dejó ver guiando a Manet por las salas del Prado en aquel viaje iniciático a Madrid de 1865; se sentó en las cervecerías de Munich para espolear medio siglo después a los miembros del Jinete Azul; o compareció en el taller de Long Island de Pollock justo para el momento fundacional del action painting."

En la misma nota del diario madrileño se explica algo que cualquiera que observe la muestra puede constatar: "En ocasiones  [...] la influencia es tan palpable que se echa en falta uno de esos ingenios informáticos que permiten pasar de un cuadro a otro descorriendo una cortinilla invisible: asombrosas son las parejas formadas por El caballero de la mano en el pecho y un retrato de Modigliani de Paul Alexandre (1913); el Gitano (1915) de Delaunay y el San Sebastián pintado por el Greco trescientos años antes; o esa indisimulada versión de Adoración del Nombre de Jesús que Max Beckmann tituló en 1907 Estudio para La Resurrección I."

Lo que la exposición muestra y demuestra -invito a ver el video que se encuentra en el sitio del museo- es que una buena cantidad de artistas concretaron su inspiración en la obra del maestro cretense con trazos llamativamente similares entre la obra propia y la ajena que era fuente de inspiración. Es evidente que todos aquellos influidos por El Greco crearon objetos culturales diferentes y que por ello, ningún "derecho de autor" le hubiera correspondido a El Greco como para reclamarle a los artistas que comparten la muestra en Museo del Prado.

La tecnología de finales del siglo XIX y comienzos del XX era sustancialmente diferente a la actual. Es difícil saber que hubieran hecho Picasso, Pollock, Chagall, o tantos otros con la tecnología digital. Me parece que lo que estos maestros hicieron con El Greco, es lo que nuestras generaciones hacen con técnicas que conocemos como "remix" o "mash up". Pero, aunque claramente los objetos que se producen con estas técnicas son bienes culturales distintos a los que son la base de su creación, las actuales regulaciones que protegen la "propiedad" de los derechos de autor sin excepciones -como es el caso de la vetusta ley 11.723 de Argentina- hacen que quienes las utilizan puedan ser llevados a juicio para reclamar compensaciones por la "copia" o "reproducción" de obras sin autorización.

Pero no sólo hay reacción contra quienes usan obras protegidas para crear las propias, sino que están aumentando pedidos de bloqueo de sitios en Internet por aplicación de las leyes que protegen los derechos de autor -el caso de The Pirate Bay es un ejemplo reciente sobre estos pedidos-. Es por ello, que al salir del Museo del Prado me preguntaba cuantos Picassos, Pollocks o Chagalles estarán quedando hoy en el camino. En otras palabras, no estaría bueno para quienes hoy los admiramos si a estos maestros no les hubieran dejado acceder a las obras de El Greco y así, cortado de cuajo su inspiración. Y no está bueno que, para las presentes y futuras generaciones, pudiera hoy estar cercenándose la creación de bienes culturales gracias a la aplicación de leyes que merecen una renovada mirada y urgente modificación.