Etiquetas
4/12/19
Global Privacy Assembly - In conversation with Eduardo Bertoni
11/11/19
41 ICDPPC Discussion Commentary, Eduardo Bertoni respond to Microsoft CEO
24/9/19
Proteger los datos es tarea de todos
4/9/19
Avances y Logros Pendientes
Publicado originalmente en el diario La Nación -Argentina- el 2 de septiembre de 2019.
El estudio hecho en abril y junio arrojó que solo el 39% de la ciudadanía conoce el derecho de acceso a la información pública, y de ellos solo 2 de cada 3 lo han usado alguna vez. En protección de datos personales, solo el 34% conoce este derecho y un 22% sabe cómo hacer denuncias ante su vulneración. Lo positivo es que ambos derechos son considerados importantes por la amplia mayoría: casi el 90% en el caso de la protección de los datos personales y más del 83% en el acceso a la información pública.
La Agencia de Acceso a la Información Pública es una autoridad independiente que vela por el respeto de ambos derechos, creada en 2017. Es hoy una voz escuchada en el ámbito global, siendo parte de distintos foros regionales e internacionales. Trabajó para que nuestro país se convierta en Estado parte del Convenio 108 para la protección de las personas, único tratado internacional en materia de protección de datos personales. Como Estado parte se facilita la cooperación para investigar en casos de empresas que no se encuentran en la Argentina. Además, la Agencia impulsa un proyecto para actualizar la ley de protección de datos personales, que se encuentra en trámite en el Senado.
En sus pocos años en funciones, la Agencia hizo procesos de investigación en materia de posibles vulneraciones de los datos personales y ha intimado al Gobierno a proveer información pública. Hasta hace pocos años hubiese resultado insólito pensar que la Agencia sancionara a un importante proveedor de servicios de internet a nivel global, investigara e hiciera recomendaciones a organismos públicos en lo concerniente al tratamiento de datos personales o intimara a proveer información pública sin distinción de la jerarquía de los funcionarios.
No se puede ejercer plenamente un derecho que no se conoce. Por ello, la Agencia debe redoblar los esfuerzos para que eso suceda. Generar guías en formatos claros y accesibles, producir cartelería y folletería destinada a las mesas de entradas de los organismos públicos para que se difundan los derechos, diseñar campañas en redes sociales y una lista aún más larga son tareas iniciadas.
Todo este trabajo a nivel internacional y local tuvo y tiene en mira fortalecer el ejercicio de ambos derechos. Pero es claro que todo lo hecho todavía no alcanza. La Agencia de Acceso a la Información Pública próximamente cumplirá solo dos años desde su instalación. Mucho se ha hecho y mucho se está haciendo. Pero garantizar a la ciudadanía el ejercicio del derecho de acceso a la información tanto como llave para ejercer otros derechos como la salud o la educación; o perseguir los estándares más altos en materia de protección de datos para prevenir y reducir vulneraciones a la intimidad de las personas no se hace de la noche a la mañana. El trabajo diario, pero también las encuestas, dicen que hay mucho todavía por hacer para consolidar lo hecho y para seguir avanzando.
27/8/19
Argentina takes steps to update its data protection regulation and practice
6/8/19
Será Justicia, Programa 06/06/2019, Eduardo Bertoni sobre FAKE NEWS
3/6/19
Proteger los Datos Personales
Publicado originalmente en el diario La Nación -Argentina- el 3 de junio de 2019
Los debates sobre los beneficios, desafíos y peligros de la inteligencia artificial han llegado a los medios de difusión masiva. Ya no es un tema que se discute solo en ámbitos especializados. Cualquier lector medianamente atento lo habrá notado. Y también habrá notado que la información generalmente está muy relacionada con cuestiones tales como si es positivo o no que las máquinas "piensen" y tomen decisiones sobre nuestra vida, sobre las ventajas y desventajas de dejar a un robot actuar por nosotros, sobre el impacto en el mercado del trabajo, y un largo etcétera. Pero hay un tema que aparece, al menos por ahora, poco resaltado: la relación entre la utilización de nuestros datos personales y la inteligencia artificial. Poner sobre la mesa esta relación es clave y, además, necesaria.
Podría empezar tratando de dar una definición clara sobre la o las tecnologías que encierran lo que comúnmente llamamos inteligencia artificial. De acuerdo a mi propia experiencia, hay bastante confusión al respecto: unas veces se llama inteligencia artificial a la recolección masiva de datos; otras se entiende que inteligencia artificial son los algoritmos que utilizan los programas de computación para que gracias a ciertos datos de entrada produzcan datos de salida, y también, otras veces se interpreta que la inteligencia artificial tiene que ver con el mecanismo que, programas de computación mediante, utilizan las máquinas para "aprender" frente a ciertas eventualidades cotidianas y, a partir de ese aprendizaje, tomar decisiones. No quiero profundizar en el concepto, todo lo antes dicho sin duda está vinculado con algo de lo que llamamos inteligencia artificial. Pero se distingue que, sea cual sea la aproximación, hay un denominador común: inteligencia artificial y datos personales van de la mano.
Es por esa razón que las autoridades de protección de datos personales a nivel global nos venimos ocupando de este tema. En octubre del año pasado, por ejemplo, al final de la 40» Conferencia Internacional de Protección de Datos y Comisionados de Privacidad se aprobó la Declaración sobre Ética y Protección de Datos en Inteligencia Artificial. La Agencia de Acceso a la Información Pública de nuestro país, como autoridad nacional de protección de datos personales, además de haber participado en el grupo de trabajo que redactó la declaración, fue cosponsor de ella. En este documento, por ejemplo, se destaca que la ética debe estar presente desde el primer momento del desarrollo de un sistema de inteligencia artificial, aplicando los principios de "privacidad por defecto" y "privacidad en el diseño". O sea, teniendo siempre presente el resguardo de los datos personales.
Otro ejemplo: la República Argentina recientemente se ha incorporado como Estado parte del Convenio 108 para la protección de las personas con respecto al tratamiento automatizado de datos de carácter personal y su Protocolo Adicional, único tratado a nivel global que se ocupa de la protección de datos personales. Ello es beneficioso para nuestro país no solo por el aumento de cooperación internacional para investigar eventuales violaciones a los datos personales de quienes residen en la Argentina, sino también porque nos habilita a tener voz en las discusiones que a nivel global están sucediendo. En el tema que nos ocupa, a principios de este año el comité consultivo del Convenio 108 aprobó las Directrices de Inteligencia Artificial y Protección de Datos, en las cuales se explica que los desarrolladores de servicios de inteligencia artificial deben rendir cuentas sobre los algoritmos que utilizan con el fin de garantizar el cumplimiento de la protección de los datos personales, brindando los recursos suficientes que permitan su monitoreo a las autoridades de control.
Regresando a nuestro país, se ha anunciado la elaboración de un "plan nacional sobre inteligencia artificial", en el marco del cual se vienen realizando reuniones multisectoriales bajo la coordinación de la Secretaría de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Es auspicioso que la agencia, como autoridad de protección de datos, haya sido invitada a participar de esos debates para que, en el desarrollo y diseño de ese plan, quede claro un tema clave: el tratamiento de los datos personales debe realizarse con pautas éticas y de conformidad con las leyes vigentes, aun cuando ello se vincule con cualquier tecnología relacionada a la inteligencia artificial. Así se está sosteniendo a nivel global y así debemos encarar cualquier discusión en la Argentina.