Artículo publicado originalmente en el diario La Nación, Argentina, el 19 de febrero de 2014 (http://www.lanacion.com.ar/1665354-un-arma-de-doble-filo)
Las declaraciones del titular de la Afsca, Martín Sabbatella, sobre la necesidad de debatir en la Argentina la regulación de Internet, aunque, como aclaró luego, ello no está en la agenda del organismo que preside, producen distintas reacciones que van desde las más negativas hasta las más positivas. Entre las primeras, cada vez que en otras latitudes se ha iniciado un proceso de "regulación de Internet", la consecuencia inmediata fue un mayor control por parte del Estado del flujo de información, con un efecto nocivo para el ejercicio de la libertad de expresión, la privacidad y el derecho de asociación, entre otros. Las reacciones positivas van en sentido contrario: una regulación de Internet que centre el debate en el respeto a los derechos humanos puede llevar a una ampliación de esos derechos.
Dado el arco de posibilidades que encierra el concepto, vale preguntarse en qué piensan los funcionarios cuando hacen mención a la regulación de Internet: ¿estarán pensando en regular la responsabilidad de los "intermediarios" -motores de búsqueda, Google y Yahoo! entre otros- sobre los contenidos que fluyen en la Red? Sobre ello hay proyectos en el Congreso que sería bueno que tengan un amplio debate. ¿O estarán pensando en la regulación del tráfico en Internet para incluir por ley, como lo ha hecho Chile, el principio de diseño de "neutralidad de la Red", para que nadie pueda discriminar el flujo de datos por el contenido que ellos llevan? Sobre este tema también hay proyectos en el Congreso. ¿O estarán pensando en modificar la vetusta ley de derechos de autor, para que en esta "era digital" y gracias a Internet tengamos una ley moderna que sea un instrumento que dé mayor acceso a la cultura y no siga reprimiendo conductas que son aceptadas socialmente? ¿O pensarán en modificar la ubicación institucional de "NIC.AR", el ente nacional que depende de la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia y que en el pasado ha negado nombres de dominio por razones que hacen sospechar una posible censura por sus contenidos? ¿Estarán pensando en ideas absurdas como una reciente propuesta en Entre Ríos que tienda al bloqueo de las redes sociales? ¿O querrán revisar la nueva propuesta de modificación del Código Penal en lo que hace a la tipificación de los llamados "delitos informáticos"?
La lista puede incluir todos estos temas, algunos más o ninguno, y que sólo se piense en "regular Internet" sin saber muy bien de qué se trata. Esto último sería muy peligroso, y por ello es necesario realizar un estudio técnico de impacto en derechos humanos como paso previo a la presentación formal de los proyectos de ley o de normas que se vinculen con la regulación de Internet.
Sin perjuicio de que el titular de la Afsca haya aclarado que no está en la agenda del ente avanzar en esa dirección, abrir el debate, si se hace con prudencia, es bienvenido. Pero debe ser un debate que incluya a las múltiples partes interesadas: usuarios, sector académico, sector privado y, por supuesto, el Gobierno. Brasil lleva más de cinco años discutiendo lo que han dado en llamar el "marco civil" que regula Internet. Los debates deben ser vigorosos y amplios porque, en definitiva, una mala regulación afecta no sólo derechos fundamentales, sino también el desarrollo económico de los países.